viernes, 14 de mayo de 2010

CASTILLO DE LUNA, MEJOR Y MÁS CERCA DE TODOS

Con este apelativo, de manifiesto origen musulmán, se conoce en la localidad de Mairena del Alcor al edificio de arquitectura militar cristiana de la Baja Edad Media, el cuál es mayoritariamente conocido por los lugareños por haber sido la residencia del arqueólogo inglés Jorge Bonsor, sin embargo pocos conocen el nombre de su dueño inicial, Mariano Téllez Girón, duque de Osuna y Arcos.

Alzado sobre un pequeño monte, rodeado de arbustos autóctonos, y con vistas a “la vega”, se encuentra el castillo de estilo mudéjar, bien histórico y cultural apreciado por los maireneros.

Su origen musulmán era afirmado por Bonsor, el cuál encontró restos de edificación islámica en la base del mismo. El castillo data de mediados del s.XIV (su primera fase), y de la segunda mitad del s. XV (segunda fase de construcción). A lo largo de la Edad Moderna fue abandonado, y llegado a considerarse en ruinas. En él se distinguen un gran patio de armas cuadrangular de unos 700 metros cuadrados, con cuatro torres de unos 7 metros de altura en las esquinas, antemuro bajo y ancho, un foso excavado en la roca y una veintena de troneras de artillería.

Bonsor habitó en él desde principios del s. XX hasta su muerte en 1930, realizando en él obras de reconstrucción, y hasta el año 1979, en el que fallece su esposa, sería ella la que se encargara del cuidado y mantenimiento del mismo.

Desde 1985 adquiere el castillo y el terreno de olivar anexo la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En su interior se conservan el mobiliario y algunos objetos artísticos, así como la colección Bonsor, compuesta por los frutos de sus excavaciones arqueológicas, archivo y biblioteca, y pinturas, armas y objetos típicos de la época, es así mismo denominada Casa Museo Bonsor.

Actualmente el Castillo de Luna forma parte de uno de los muchos proyectos de recuperación del patrimonio cultural que se están llevando a cabo en la provincia de Sevilla; se están ejecutando las tareas de rehabilitación de todo el conjunto, para conseguir la adecuación del mismo; todo ello sin olvidar proteger al máximo el entorno natural, es así mismo de destacar el establecimiento de un protocolo destinado a proteger a los cernícalos y la construcción de nidos cerámicos en los mechinales de la muralla.

Durante las obras de restauración, el castillo mantiene sus puertas abiertas al público, para mostrar los avances de las mismas; a través de dicha actividad se consigue algo de gran importancia, el dar a conocer y sensibilizar, haciéndolo cercano, y fomentando el interés sobre el patrimonio cultural andaluz.

Todos debemos valorar, proteger y conservar el legado de nuestras antepasadas generaciones.
El patrimonio nos identifica y nos enriquece.

Carmen Jiménez Carrión

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